Jugar con peluches es una actividad que llevan a cabo todos los niños por lo menos en una etapa de su desarrollo. Y no es para menos, ya que estos adorables compañeros no solo les brindan diversión y entretenimiento, sino que también traen consigo numerosos beneficios para los pequeños, pues contribuyen a su desarrollo emocional, cognitivo y social.
Los peluches ofrecen a los pequeños una oportunidad de explorar y expresar sus emociones. Esos adorables personajes se convierten en sus cómplices y confidentes, acompañándolos en sus dinámicas de juego imaginarias, permitiéndoles representar situaciones de la vida cotidiana y experimentar diversas emociones de manera segura. Al proyectar sus sentimientos con ayuda de los peluches, alcanzan a comprender y comienzan a gestionar sus propias emociones.
Además, los peluches fomentan la imaginación y la creatividad. Los pequeñitos disfrutan inventando historias y escenarios, creando un mundo propio en donde sus peluches favoritos cobran vida. Esta dinámica de juego imaginativo estimula también su capacidad de narración, promoviendo su creatividad y fomentando la construcción de su pensamiento abstracto.
Así como las herramientas didácticas, los peluches pueden servir para promover el aprendizaje entre los niños. Pueden aprender habilidades básicas de cuidado y responsabilidad al atender de sus peluches, al alimentarlos, vestirlos, darles un lugar para dormir y curarlos cuando se enferman o lastiman. Este tipo de dinámicas de juego imaginativo les enseña a ser responsables y empáticos, desarrollando un sentido de cuidado hacia sus seres queridos.
Ocurre también que se convierten en objetos de apego, proporcionándole a los pequeñitos una sensación de seguridad, cariño, confort y protección, contribuyendo positivamente en su desarrollo psicológico y en la formación de su personalidad. Por lo general, los objetos de apego aparecen en la vida de los niños entre sus 4 y 6 meses, y se mantienen hasta los 4 o 5 años, aunque pueden permanecer más tiempo hasta los 10 u 11 años.
En psicología se define objeto de apego (también llamado transicional) a todo objeto que un pequeño elige libremente y se convierte en su compañero fiel. Lo tiene siempre a la vista y a su alcance acompañándolo una buena parte de su tiempo, incluso fuera de casa.
Aunque conforme crecen los niños ya no sienten la necesidad de jugar con sus peluches, estos juguetes siempre están presentes en su desarrollo. Ya sea porque los guardan por su valor sentimental o conservan el gusto por el personaje que representan. Es indudable que existen pocos elementos más eficaces para trabajar el apego desde edades tan tempranas.
Asimismo, se trata también de grandes aliados en el desarrollo de habilidades sociales. Los niños pueden involucrar a sus amigos o familiares en sus juegos con peluches, fomentando así la interacción social, el trabajo en equipo y la comunicación. También pueden utilizarlos como intermediarios en situaciones sociales nuevas o incómodas, ya que les brindan seguridad y confianza.
Los peluches desempeñan un papel fundamental en la infancia al proporcionar beneficios emocionales, cognitivos y sociales. A su vez, es con las dinámicas de juego con peluches como los niños pueden aprender a expresar sus emociones, estimulando su imaginación, desarrollando su capacidad de empatía y sentido de cuidado.
Una ventaja adicional de los peluches es que pueden acompañar a los pequeñitos desde sus primeros meses de vida, pudiendo incentivar el desarrollo auditivo, táctil y visual de los bebés con sus diferentes texturas, sonidos incluidos y personajes llamativos. En Nenines hemos diseñado algunos peluches suavecitos para tus pequeños, todos creados con materiales escogidos pensando en su seguridad y confort.
Peluches para bebés: suavidad, seguridad y compañía