Acompañamiento del libro: Un último cuento… ¡y hasta mañana!
Seguramente te ha pasado que después de nadar, duermes más rápido y mejor, provocando que al siguiente día te sientas lleno de energía. Y cómo no si dentro de nuestras noches de descanso no solo influye la hora en la que nos acostamos o lo que cenamos, también influye ¡cuánto nos movemos!
La actividad física promueve un mejor descanso, y no solo eso, también los ayudará a relajar sus músculos, reducir el estrés, la ansiedad y regular su temperatura corporal para mantener el sueño adecuadamente. Aquí te dejamos 3 actividades físicas que puedes hacer desde casa antes de la hora de dormir y lo mejor es que los podrás realizar en compañía de tus peques:
Yoga o estiramientos
El yoga es perfecto para calmar nuestra mente y cuerpo, este ejercicio combina el movimiento, la respiración y atención plena. Lo que permite que nuestro ritmo cardiaco baje, los músculos se relajen y que el sistema nervioso se tranquilice. Hacerlo con tu bebé no solo favorece su relajación y desarrollo físico, también fortalece el vínculo afectivo entre ustedes. A través de movimientos suaves y contacto cercano, le ayudas a conocer su cuerpo, ganar seguridad y terminar el día de forma tranquila y amorosa.
Caminatas nocturnas
¡Hora de pasear al perro! Las caminatas nocturnas con toda la familia pueden ser muy reconfortantes. Además, sentir el frío de la noche, escuchar el sonido de los grillos y observar la luna y las estrellas, pueden dar inicio a conversaciones e historias para dormir.
Ejercicios de fuerza
Moverte con tu bebé a través de juegos suaves como empujar, jalar, cargar o sostenerlo mientras cambia de postura ayuda a fortalecer sus músculos de forma natural y segura. Estos pequeños ejercicios también estimulan su desarrollo motor, lo ayudan a reconocer su cuerpo y a ganar confianza en sí mismo.
- Mantener la actividad física de forma regular.
- Evita los ejercicios que sean intensos ya que pueden tener un efecto estimulante dificultando la conciliación del sueño.
- Realizarlos al menos dos horas antes de dormir y no justo antes de acostarse.
- Transforma el ejercicio nocturno en un juego rutinario para tus peques.
Incluir pequeños momentos de movimiento al final del día puede marcar una gran diferencia en la calidad del descanso. Y si ese momento se comparte en familia, se convierte en algo más que ejercicio: es una forma de conectar, cerrar el día con ternura y preparar juntos el camino hacia un sueño tranquilo.
Después de moverse, relajarse y compartir, solo falta una cosa:
leer ese último cuento… y hasta mañana.
La importancia de la actividad física para dormir mejor.