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Todo lo que quiero ¡eres tú!

25 de abril de 2025 por
Nancy Castillo
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Acompañamiento del libro: Imagina todo lo que yo te quiero.

Los hijos tienen un impacto profundo en la vida de los padres y las familias. Su llegada ilumina nuestro entorno y transforma por completo nuestra perspectiva. El amor que pudimos haber sentido en distintas ocasiones no se compara con el paternal y maternal, un vínculo único y extraordinario. 


Ofrecerles una experiencia llena de amor es esencial para el desarrollo emocional, psicológico y social de los pequeños, y, a la vez, enriquece la vida de los padres. Es un amor que llena el corazón, donde todo lo que damos se refleja en pequeños gestos de ternura: sus abrazos inesperados, sus “te quiero mucho, mami/papi”, sus besos y sus dibujos llenos de colores y cariño. 


Consejos para construir el mundo emocional de tu pequeño:  


Nombra sus sentimientos: Recuerda que tu peque está conociendo sus emociones, por eso es importante que le ayudes a darle nombre a lo que está sintiendo para que pueda expresarlo. Puedes decirle “Es muy gracioso, estamos felices” “Lloras porque estás triste” “Estás molesto porque tomaron tus juguetes”. Esto le ayudará a ampliar su vocabulario emocional y a identificar qué siente y cómo manejarlo. 

Dale la oportunidad de sentir: Evita frases como: “No llores” o “no te enojes”, ya que esto puede hacerle sentir que sus emociones no son válidas. Permitirle explorar y expresarse libremente para fortalecer su inteligencia emocional. ¡Validar sus sentimientos le enseña que está bien sentir y que cuenta contigo para lo que necesite!

Ponte en sus zapatos: Los niños experimentan emociones intensas que, en muchas ocasiones, mezclan con otras, lo que dificulta comprenderlas o controlarlas. Ponerte en sus zapatos te ayudará a conectar mejor con tus hijos y guiarlos con empatía. 


El amor de padres e hijos es un faro que guía el desarrollo emocional y el bienestar de los pequeños. Al ofrecerles un entorno lleno de amor, les damos las herramientas para crecer como personas fuertes, empáticas y felices. Cada gesto de cariño que les brindamos se refleja en sus sonrisas, sus palabras tiernas y los momentos compartidos que atesoraremos para siempre. 


Cultivar este amor día a día es el regalo más grande que podemos darles y recibir a la vez.


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